Son las 5:15 de la mañana; tengo 30 minutos para escribir porque a las 5:45 he quedado con Katie en la puerta de la residencia, a las 6:40 cogeremos un autobús que nos lleve a Budapest y dejo atrás un día de esos que son como un pulso ganado. Empecemos hace 12 horas.
Salgo de Introducción a la filosofía de la psiquiatría a las 15:30. Los jueves son una mierda porque empiezo las clases a las 9, hora exacta en la que Praga tiene su cita diaria con un tal Frío que me odia, y para que no me reconozca me llevo una braga de esquiar que me tapa hasta la nariz pero que me deja las orejas fuera por culpa de las rastas, entonces vuelvo a las 15:30 para no recordar ese fatídico triángulo amoroso entre tu mirada, la mirada del profesor y los párpados celosos que no quieren que se junten ambas: a las 15:30 me olvido de la mirada de los profesores tras una presentación en psiquiatría que me salió modestamente perfecta y me voy a fornicar unas horas con mis párpados. Esta noche hay una fiesta en una iglesia (morboso sacrilegio), tengo que mandarle mi parte del trabajo a Íñigo (otra historia), tengo que falsificar la entrada y tengo que hacer la maleta para poder recogerla de empalme e irme a Budapest, pero joder... qué sueño tengo.
Me despierto a las 20:00 y le pido la pulserita a Elisa, que es la entrada de la fiesta sacrílega, la escaneo, la imprimo, y con un pilot le hago los retoques necesarios para que el puertas de turno entrenado por las brigadas rojas no me enrojezca la cara; tras 10 minutos comparo la original con la mía "4 Universities Megaparty" y se me viene la cara de Obama diciendo "Not bad", otra media hora de concentración absoluta y le mando lo que tenía que mandarle a Íñigo; vuelvo a mirar mi entrada y la cara de Obama se había convertido en un rotundo "Fuck yeah" y pienso: como consiga entrar con esta mierda de papelito voy a mirar a la gente que ha pagado la entrada con la cara de Yao Ming. Hoy no me apetece beber todavía, pero me quedan 5 minutos por lo que me hago un café de por si acaso, cojo esa tira de papel que debería ser de un azul más oscuro, le pido a Pepe el pegamento de barra para convertir la tira de papel en una pulsera -porque no soy de esos que tienen pegamento de barra ni tipex ni celo, pero si soy de esos que luego lo necesitan desesperadamente-, me bebo el café de un trago que toso por las prisas, compruebo que llevo todo mirando estúpidamente en muchas direcciones y en lo que salimos a tropel cantando los típicos himnos de la vergüenza ajena me llega un mensaje de que me han conseguido comprar una entrada: ya la venderé -pienso- y me enciendo ese primer cigarro de la noche que es un brindis de humo con el a ver que pasa Mufasa de cuando sales contento de casa (su fumas sabes perfectamente a qué cigarro me refiero).
Unos por un lado y otras por otro y todos mezclados llegamos a la puerta de la iglesia que solo medía unas cuatro veces más que los puertas -mi cara en ese momento adquiere un tono ligeramente más "*0*"- pero consigo vender mi entrada por 50 coronas más de lo que le debo a /Llulian/ (Julian en alemán) y me la juego con mi pulserita de papel sintiéndome un guerrillero en contra de la grotesca forma que tienen los clubs para exprimir los bolsillos de los erasmus con bolsillos: el puertas mira desde lo alto y yo enseño mi muñeca desde lo bajo, *.* mientras entro, ^o^ una vez dentro: Me enciendo otro cigarro, sabes perfectamente a qué cigarro me refiero.
05:44
KRONTINUARÁ
Pozdrav z druhé strany